¿Lo que percibimos es la realidad?

 ¿Lo que percibimos es la realidad?

Esta pregunta tiene una doble dimensión: epistemológica, en cuanto estamos tratando de explicar nuestra percepción; y metafísica, puesto que implica reflexionar sobre qué es la realidad. 

Haciendo un recorrido superficial, Platón defiende que la realidad son las ideas y estas solo pueden
alcanzarse por la razón intuitiva o noésis. Para Aristóteles, sin embargo, la auténtica realidad son los
individuos concretos o sustancias primeras y la mente abstrae el universal. Es por ello que se les considera realistas. De una manera u otra, para estos autores es posible conocer la realidad en sí. 

Sin embargo, si entendemos la percepción como el conocimiento que parte de las impresiones de
los sentidos, es más razonable buscar en la filosofía de David Hume. 

Para Hume, todo nuestro conocimiento parte de los sentidos, de las percepciones (impresiones e ideas).
Criticará la idea de sustancia, lo que implica una crítica a las tres sustancias a que hacía referencia
Descartes: res cogitans, res infinita y res extensa. Todo el conocimiento que poseemos sobre la realidad se da a través de los sentidos; no tenemos una impresión de eso que llamamos alma, mundo o Dios, con lo cual no percibimos la realidad (entendida como realidad sustancial). Lo real son las mismas percepciones y nada nos legitima a suponer la existencia de una sustancia que sirva como soporte de las mismas. 

Será Kant, quien afine la teoría de Hume realizando una síntesis entre racionalismo y empirismo. Según
este filósofo, todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos, pero no todo proviene de ellos. Los
datos proporcionados por los sentidos “son ciegos” sin la estructuración que proporcionan los a priori de la sensibilidad y el entendimiento. Esto llevará a Kant a diferenciar entre fenómeno y noúmeno; el fenómeno es la realidad para el sujeto; mientras que el noúmeno o realidad en sí, marca el límite de lo que podemos percibir. 

En conclusión, para Kant nuestro conocimiento es posible pero limitado y solo podemos percibir
una parte de eso que llamamos realidad, pero no lo nouménico. El alma, el mundo y Dios no son realidades que podamos conocer y quedan como postulados de la razón práctica.


 

Comentarios

  1. Bien Adrián, un buen resumen de lo que hemos visto a lo largo del curso.
    Saludos

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